lunes, 11 de abril de 2011

"Los idealistas románticos son exagerados porque son insaciables. Sueñan lo más para realizar lo menos.
(...) La envidia es un venenoso humor que mana de las heridas abiertas por el desengaño de la insignificancia propia. (...) El que envidia se rebaja sin saberlo, se confiesa subalterno; esta pasión es el estigma psicológico de una humillante inferioridad, sentida, reconocida. (...) es necesario sufrir del bien ajeno, de la dicha ajena."
El hombre mediocre - José Ingenieros.

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