Recuerdo aquella mirada fría,
carente de brillo, perturbante,
su risa burlona, tu sonrisa
desinteresada por mis
preocupaciones pre-adolescentes;
en llamas por ella...
pensé que las cosas habían cambiado
y por cuarta vez me decepcionas,
por cuarta vez prometo
no volverme a ilusionar
en vano.
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