Ansío ver tu rostro
-como aquella noche-
recostado sobre mi almohada,
con tan solo un contorno iluminado
por la Luna... naciendo en mí,
mientras que yo moría en vos.
Ansío besarte entre mis sábanas
y quedarme dormida entre tus brazos,
despertar y poder oírte...
tener la oportunidad de amanecer a tu lado
a la derecha de quien me enseñó
que las limitaciones son innecesarias...
una creación absurda del temor de la mente
No hay comentarios:
Publicar un comentario